jueves, 22 de noviembre de 2007

Viaje a Estocolmo (III)





Cuando llegamos al ferry nos ofrecieron un camarote para cuatro personas por cuarenta euros y no dudamos en cogerlo para dormir aunque sólo fueran unas pocas horas. Disfrutamos esa noche de un entrecote espectacular en uno de los tantos restaurantes que había en el barco y nos fuimos a dormir después de echar unas risas con nuestro amigo el ciervo. Elena y yo nos vimos envueltos en una conspiración producto de la casualidad, del alcohol, del secretismo que había en el grupo y de tantas otras cosas que es mejor no contar (la censura ha vuelto...). En fin, que llegamos a Turku y cogimos el tren de vuelta a Oulu tranquilamente. Las pocas horas que dormimos con el auténtico efecto barco nos sirvieron para afrontar el tren de vuelta con más energía. Si algo quedó claro en este viaje es que en el barco del amor surgieron varios amores y que los gallegos crecen en todas partes.

4 comentarios:

Alesete dijo...

ya caerá... ya...

Alesete dijo...

creo que me he equivocado, este comentario debería ir en el post anterior xD

Anónimo dijo...

ahi alex ahi dando alardes de clase cn la informatica.. menudo informatico paquete que quier postear en una foto y postea en otra jajaja! grande alex! q viaje...

martin!

Alesete dijo...

puta!