El pasado domingo fue un día lleno de actividades y reuniones gastronómicas. Al mediodia nos juntamos en casa de Antonio para hacer pollo en el horno y nos quedó cojonudo. Luego vimos a Fernando Alonso y después empezamos a hacer los preparativos para la gran final del Eurobasket. Se corrió la voz por el campus de que se iba a ver en el piso de Antonio y todavía no hemos descubierto quién es el que distribuye ese tipo de información. Quedamos ocho en total además de Hakan para cenar las tortillas rellenas de Aitor. Entonces empezó a pasar como en la película de los hermanos Marx, cada dos minutos sonaba el timbre y entraba una o dos personas más. Al final más que una habitación parecía una sauna del calor que hacía. Hay que decir que alguno acertó el resultado del partido. Se nos paró la conexión justo cuando Gasol se la jugó y conseguimos oir a Montes que decía "increíble". Todo el mundo gritando y dando saltos hasta que recuperamos la conexión y vimos a los rusos celebrándolo.
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